El shock como herramienta contra los pueblos y la guerra de tres frentes. O, Apología del romance de los tres reinos.
Por Fex Lòpez Àlvarez
Yo nunca
llegue a pensar que se recrearía en nuestro continente, una comedia basada en
aquella joya de la vieja literatura China.
Mientras
escribo estas líneas salgo del profundo estado de abstracción en el que me ha
dejado el golpe de estado parlamentario que se ha dado en Brasil. Me sigue
pareciendo increíble lo que ha pasado, muy a pesar de saber de antemano que esto
es lo que iba a ocurrir. E eso es lo que realmente me aterra.
En 1930
Hitler –más Joseph Goebbels que Hitler.- fue promotor de la llamada política del Shock, la cual usó
magistralmente para hacerse con la chancillería alemana, y que extendió al
campo militar con la llamada Guerra Relámpago con la cual se anexó la mitad de
Europa. Luego de la guerra, todo grupo político, todo estado, y todo movimiento
conspirativo, ha usado esa misma estrategia para garantizar la satisfacción de
sus intereses políticos u economicos.
El Shock
como arma política se sustenta en alimentar un miedo o generar una matriz
informativa en la opinión en las poblaciones, de tal magnitud, que los grupos políticos
que la impulsan pueden actuar en absoluta libertad para tomar lo que desean sin
las repercusiones propias de la conciencia colectiva.
Para el
nacionalsocialismo alemán el shock se sustentó en la traición de las castas políticas
en conjura con la etnia judía en pleno. Para el complejo militar-industrial
norteamericano, se trataba de la amenaza comunista y el dichoso reloj del día del
juicio final. En Venezuela fue la famosa imagen de los “pistoleros de Puente
LLaguno” y en Brasil, el escándalo de corrupción más la –odio decir esto-
magnifica manera en la cual se trasmitió el golpe de estado por los medios de
comunicación dándole un matiz de legalidad y fineza, más grande que el que se dio
cuando destituyen al presidente Lugo del Paraguay de la misma manera.
Así
asistimos a los modernos golpes de estado, frente a una televisión y en Shock.
Momento…
¿He mencionado a Venezuela?
Mientras
veo la embestidura de Michelle Temer, me gustaría recordarle a los lectores de
estas líneas a las que recurren asiduamente –grata sorpresa para mi-, que
Brasil no es el único estado Latinoamericano que en estos momentos se encuentra
bajo un asedio reaccionario utilizando además, el shock como arma fulminante
para romper los procesos políticos contrarios a los intereses tradicionales de
las burguesías y oligarquías locales.
Brasil,
Venezuela, y Bolivia son pues las tres de las batallas que llevan el
imperialismo y los intereses reaccionarios sobre el enorme tablero de juegos
que es el mundo.
Mañana
Jueves, 1er día del mes de septiembre, se espera una marcha que pretende
generar conmoción en la vida nacional –similar a lo que ocurrió el 11 de abril
de 2002-, y a raíz de la misma, imponer, como en Brasil, un nuevo gobierno de
facto sustentado en la política del shock para aplacar la conciencia colectiva
a la vez, y a la vez, abrir las puertas para que los extremistas –de derecha-
se apropien de lugares importantes para el desenvolvimiento de la vida nacional
causando letargo en los mecanismo de respuesta que irremediablemente surgen
tras eventos como estos.
El shock
como política, es altamente eficiente cuando se posee o el monopolio de las
armas, o una buena chequera. En Brasil, las fuerzas reaccionarias cuentan con
ambas, en Venezuela, las mismas fuerzas solo cuentan –eso creemos- con la
ultima de estas dos. Sin embargo, el tercer frente de esta batalla, el tercer
reino si queremos recordar la epopeya de Cao Cao , Bolivia, es una autentica incógnita.
La
violencia de las fuerzas reaccionarias en Bolivia en más radical que la
semimediatica-semifanatica de los guarimberos venezolanos –de quienes sigo
pensando lo que escribimos en el artículo anterior http://www.aporrea.org/oposicion/a233108.html-
la toma de las minas, usando a los mismos mineros tal cual Hitler usò a los
trabajadores o Franco a los campesinos, es algo que me aterra y hasta cierto punto,
me hace comprender un poco más, lo profunda que puede ser la influencia de la
doctrina o política del shock dentro de inclusos aquellos a quienes la misma
afecta. A su vez, conocemos muy bien que el ejèrcito boliviano sigue sin ser
penetrado por la política impulsada por Morales, y que su seno, sigue siendo
servil y reaccionario.
Estamos,
sin llamar a la conspiranoia o al falso revolucionismo que tanto daño nos hace,
frente a la arremetida imperialista más violenta de la historia en contra de
nuestro continente, la cual solo se puede comparar, con la reinvasión anglo
ibérica tras los procesos emancipadores que se dieron desde las Provincias
Unidad del Río de La Plata ,
hasta los 13 estados de la Unión Continental.
Tuve la
fortuna de ver –siendo apenas un niño de 11 años- como la doctrina del shock
era rota por la población que debía en teoría, caer en el letargo aquel 11 de
abril. Esos sucesos que marcaron mi vida –estuve en Miraflores 11 y 13 de
abril-, vienen a mi con una mezcla de emociones. Si por un lado admiro
profundamente lo que pasó aquellos días, también sé que las fuerzas de la reacción,
no dejaran cabos sin atar como en aquella ocasión.
Lo peor que
podemos hacer en estos momentos es caer en el letargo, en el odioso “Vamos a
ver” o en el detestable “Si dios quiere” –El cual siempre reprocharé por considerarlo blandengue y
contrarrevolucionario-. Por el contrario me llena de vigor saber que al fin
Maduro –o Padrino o Diosdado- toman cartas en este asunto e intentan romper el
shock antes de que este se tienda sobre nosotros.
A la vez,
no creamos que esta lucha es solo de Venezuela así como el golpe de estado en
Brasil, es solo problema de Brasil, o que lo que ocurre en las minas
bolivianas, es problema de la media luna y del resto del alto Perú. Ciertamente
Cao Cao no vendrà
a invadir nuestras tierras ni definiremos todo en la Batalla de los Acantilados
Rojos en alianza con los demás amenazados. Empero, es necesario entender el
trasfondo de aquellas terribles declaraciones de John Kerry, “Es momento de
limpiar nuestro patio trasero”.
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