martes, 23 de agosto de 2016

Triple Play

Triple Play 001 

Por Fex López Álvarez



De cómo el pequeño mago rompió la magia de un dominicano.


Tarde de mascotas en el PNC Parck de la ciudad de Pittsburg en la costa oeste de Los estados Unidos del Norte Americano. Tarde soleada, hermosa para el béisbol de grandes ligas que vería además la soberbia actuación del serpentinero dominicano Iván Noa.

Si bien en el papel la cosa no pintaba bien para el lanzador de los Piratas de Pittsburg – un hombre recién cambiado y con una carrera plagada de inconsistencias frente a uno de los mejores equipos de la liga nacional encabezados por un bateador con 413 de average como visitante no es justamente un candidato para una apuesta –, desde el inicio la sinker de Noa se impuso en el juego bailando densamente por la zona media del plato.

A su vez, y casi por azar, Noa contó con la inesperada ayuda de su equipo que en el mismo primer ining Y tras apenas 10 envíos ya le respaldaban con 4 carreras producto de la absoluta desconexión del joven lanzador derecho Joe Musgrod para con el juego.

Noa siguió imponiéndose sobre los bateadores de los siderales a la par que recibió otra manito por parte del equipo para el que juega, esta vez con un soberbio bambinazo por la izquierda del también dominicano Gregory Polanco.

Los bates de Houston permanecieron silenciados, incluso el del futuro campeón bate y jugador más valioso, José Altube, quien inició el juego con un abrumador 390 de average general.

En el 5to episodio, el conjunto del oeste colocó al relevista zurdo Toni Sipp en la lomita, quien tras dos guillotinazos, sufriò la muestra máxima de poder – nuevamente – del 4to bate de los bucaneros del Potomac, Gregory Polanco. 

La ventaja de los piratas se amplio un poco más (7-0) a la par que la magia de Noa se hacia más omnipresente, lo que corroboró además con un poco de ayuda de la defensiva de sus compañeros en los jardines; por lo cual, con menos de 80 lanzamientos, con el letargo típico de un partido tan abierto, era apenas natural que Noa saliera a lanzar el noveno episodio del taimado partido de pelota.

Bergman abre con doble. Doble de Altube, adiós blanqueada. Aunque esa será siempre la horrenda forma en la que se anotará el resultado del encuentro, la verdad es que el ining fue por demás entretenido y emocionante. Noa solamente no pudo dominar a los que a fuerza de dobles rompieron su encanto. Sin embargo, a modo de justicia poética, pudo guillotinar  para el último out del encuentro, al único enemigo real que había tenido en aquel feudo, Marwin González.    

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