viernes, 13 de noviembre de 2015

Abrazar a un cactus

Carta sin numero

"Ya no pretendo enumerar las cartas. ya no pretendo siquiera, volver a escribir para ti. Estas letras que se que no leerás, son una marcada despedida. Ya no puedo esperarte, no porque no lo quiera, sino porque si lo sigo haciendo, eso que una vez, según tu quisiste; morirá en mi lugar. 

No se trata de que me rinda, no se trata de abandonar algo por lo que he luchado con cada gramo de mi alma; ni siquiera se trata del escaso dolor que siento ahora en un costado de mi alma y que se siente en el recipiente roto de la misma. Se trata realmente de no mendigar más cariño. 

Para ser alguien que se ufana de haber sido lastimada, no solo haces más daño del que cualquiera podría imaginar al verte, sino que también pareces saber hacerlo, y como si fueres la mejor de los esbirros, la más sádica de los torturadores; pareces disfrutarlo.

Ya hoy, se que no hay vestidos que te pongas, ni el de bruja ni el de cristal, que pueda causar algo en mi alma, que no sea dolor. Perdóname por ser tan sincero al cocer estás palabras sobre el papel; pero es que como dice la canción que una vez te dediqué; ya he barrido el querer usando tus propios pinceles. 

Si te soy sincero, ya ni me importa que me comprendas, no me despido porque sé que no notaras si estoy. Se que no te extrañaras, mis letras, mis canciones bajo el manto estrellado, ni mi risa, ni mis ojos, ni mi boca, ni mi alma; no notaras que he marchado porque nunca me dejaste entrar a casa.

Y si en algún momentos notas que no estoy, si en algún momento me extrañas, (algo que sé que no pasará) ya no estaré aquí. Marcharé, que las aguas marquen mi rumbo; pero que sea lejos de vos. 

Ya no te amo."
                                                                                                                                              Yo. Nadie.

Y sin embargo, la noche en que Alejandra Uzacateguí leía aquel papel, era ya muy tarde. Muchos días habían pasado desde que Saulo Orinoco había cruzado el Caribe en un bongo para internarse quién sabe en qué isla, huyendo más que de otra guerra perdida, del amor fracasado. Ciertamente, y como le había pasado en toda la vida, Saulo Orinoco no podía decir, ni siquiera a sí mismo, que era plenamente algo. 

martes, 10 de noviembre de 2015

La psiquis Adeca

¿Todavía se piensa como adeco?

 La realidad es a veces tan dura, que preferimos ignorarla, ponerle una mascara y creer que por si solo, el asunto va a mejorar. Tal vez somos muy hegelianos y no lo sabemos, o tal vez solo somos cobardes incapaces de aceptar algunas verdades. Venezuela ha sufrido tres grandes males en la historia, El Caudillismo, el Petroleo, y el peor de todos los males, el adecaje.

No se trata siquiera, del daño económico que ésta facción política, dejó en el país. tampoco pretendo escribir de las dantescas cantidades de muertos militantes a veces ni de la izquierda, que mancha de rojo la historia de la tolda blanca. No, lo peor que nos ha legado el adecaje es una mentalidad tan perfectamente definida, que a los grupos sociales que hoy hacen política les es imposible deslindarse enteramente de una forma de actuar, que sinceramente, deprime,

Acción Democrática es lamentablemente, la estructura política más prospera del país. Su organización distrital es odiosamente admirable, tanto, que todos los partidos políticos posteriores (a excepción de PSUV y MUD) han calcado completamente ese sistema.

Hablamos de pequeñas cedes regionales, de carnets, de desorganizar las organizaciones para que los pocos organizados se beneficien de esto, y más peligroso aun, de las maneras de pensar.

Para los adecos, la forma de hacer politica es muy clara, bestialmente básica, y salvajemente efectiva. Primero se adueñan del poder haciendo uso de su celebrada estructura política y de una abrumada maquinaria electorera. Sin embargo, para poder lograr esto, los adecos, tienen que envolverse en absurdas campañas políticas, donde lo que prima no es ni siquiera el carisma sino el "prometaje".

 A cuenta de una micro bonanza económica en el principio de los años 60's y de una solida planificación de estructuras dejadas por Pérez Jímenez (quizá por aquella máxima sobre los dictadores y las grandes obras), los adecos sacrificaron la razón enemistándose así con el buen señor Hegel y comprobando sus teoría a la par. Tristemente celebre es la anécdota del candidato adeco que prometió un río a una población, o la de aquel que prometía que dejaría de llover, así como el que recientemente dijo (a pesar de no ser adeco) que si lo elegían presidente, nunca se iría la luz.

Aunque éstas promesas nos parezcan irrisorias, la verdad es que mientra más grande es la mentira, más gente la cree, Por eso el adecaje tuvo tanto éxito en el sistema electoral que ellos mismo inventaron, porque mientras más prometían cosas enteramente irreales, más electores se conseguían. No existía problema que el estado no pudiera resolver, o eso le hacían creer al pueblo, al punto que incluso hoy, el gran mantra de los autodenominados demócratas, es solventar los problemas a los que está horrible dictadura stalinista-kliggon-sith ha ocasionado en el país.

Aun así. lo que más me preocupa de la psiquis que el adeco a impulsado en el venezolano, no es esa necesidad de escuchar promesas y de solventar problemas, lo cual, ha hecho lo mejor posible el chavismo. Lo que más me preocupa, y no es que yo sea tan importante como para preocuparme, es la tan marcada manera de actuar que tienen muchos "camarada" que están activos dentro de la superestructura política, y peor aún la actitud que tiene muchos compatriotas que sostienen el sistema revolucionario.
   
Mi madre, que combatió muchos años desde el PCV contra los hijos de Romulito Betancourt, cuando me explicaba por qué Chávez era el tipo más vergatario de la historia, siempre sacaba a relucir que en cualquier pueblito del país, Acción Democrática no solo tenía una estructura idéntica, sino que los que la mantenían, eran idénticos a pesar de las sutiles diferencias que solo la geografía puede otorgar. esa es la única forma que encuentro para explicar lo que voy a escribir a continuación, por lo cual advierto; si usted no tiene criterio autocritico (valga la reiteración robada a Uslar Pietri), absténgase  de leer las siguientes palabras.

En una alcaldía de cuyo nombre no quiero acordarme, hace  no mucho tiempo vi un episodio tan sureal, que me ha llevado a escribir éste articulo. Un grupo más o menos nutrido de compatriotas, hacían cola para cobrar un salario hilarante. Pero más que el salario hilarante, el verdadero problema allí era la actitud que mantenían los dadores de limosna y los limosneros. Y es que es lamentable que tras 16 años de revolución, todavía, los autentico garantes del proceso revolucionario no entiendan cual es su papel histórico, y peor aun, que los burócratas de la superestructura del estado (aun burgués), alienten esa condición, en lugar de luchar encarecidamente contra ella; es como si estos tampoco hubieran comprendido cual es su papel en éste momento histórico.

Ese es el accionar del adecaje, su forma de someter al pueblo. Su forma de hacer creer al ciudadano común, que un funcionario, tiene mucho más importancia dentro del esquema político que él. Esa es la democracia prestada que el maestro Aristobulo Isturiz, brillantemente criticó y condenó; así como tantas veces lo hizo el mismo comandante Chávez.

Seamos sinceros, esto es tercerización y casi, casi, sub-esclavismo. Y contra eso solo se puede actuar de forma enteramente revolucionaria. Respetando las leyes impulsadas por la revolución, y sindo cada día más cocientes de las necesidades de los más necesitados. Hay una diferencia enorme entre dar limosnas y dar a cada quien según su capacidad y a cada cual según su necesidad.

La revolución no es solo un cambio de estructuras políticas y económicas, la revolución es especialmente una transformación estructuralista del propio sujeto.      




 

 

sábado, 7 de noviembre de 2015

El cielo es como tu

Sexta Carta

El cielo está tan hermoso como tu.
Lleno de gris pero lleno de brillo.
Con un sol que sonríe coqueto entre las nubes.
No llena de oscuridad el ambiente.
No llena de luz el tiempo.
Pero su escasa oscuridad, es una brillante luz en mi camino.
El cielo se parece tanto a ti.


Despertar

Quinta Carta


                        Despertar pensando en ti 
                        es como ver las                
                        pléyades en medio de un 
                        chubasco de esos rimbombantes
                        lleno de relámpagos
                                                         y
                                                            truenos.
                         Despertar pensando en ti
                         es molesto. 
                                            Hay migrañas en el corazón
                         hay diez mil canciones bobas 
                                                                        en la boca.
                         Despertar pensando en ti 
                         es olvidarme que el mundo existe 
                         del agua 
                                       del aire...
                         porque cuando despierto pensando en ti,
                         tu boca es la única agua que quiero beber
                         y tu olor,
                                            todo lo que pretendo respirar.
                         No necesito de mapas, 
                         pues conozco perfectamente tu cuerpo
                         y es ese el lugar donde vivo
                                                                     cuando
                         despierto pensando en ti.
                         Despertar pensando en ti 
                         es despertar pensando en colores y lienzos
                         que se pierden en tu sonrisa.
                                                                      Y se me pierden 
                          Chagall y Tuner, pues se hacen chiquititos.
                          
                          Y me sube la melancolía pues no despiertas conmigo.

                           
                     

lunes, 2 de noviembre de 2015

El abrazo que me das

Cuarta Carta


              Esos 
                       momentos
                                       que-siento
                                                       el abrazo de la soledad
              susurrándome en el 
                                                                                corazón. 

domingo, 1 de noviembre de 2015

A veces

Yo digo que A veces

Tercera Carta

                        A veces pienso que no te quiero.
                        Que no eres para mí
                        porque nadie lo es.
                        A veces te extraño y a veces
                                                               te necesito.
                                                               A veces 
                       me haces falta y otras veces
                       no quiero ni pensar en ti.
                       A veces te quiero, a veces te amo y a veces
                      realmente te odio.
                       A veces pienso que me piensas y otras veces 
                                                                                   lo se.
                      A veces me quieres y a veces de ratitos
                                                                                   me amas.
                      A veces quiero despertar contigo
                                   y todas las noches
                      pasarlas a tu lado.
                       A veces te escribo poemas que no leerás
                                                                                       y
                       de vez en cuando se me olvida que sin ti
                      no estoy realmente vivo.
                      A veces me doy cuenta que eres una mariposa 
                      y otras
                      te confundo con                                estrellas.
                      A veces pienso que eres mi                almohada
                                                                     y
                                                                     la 
                                                          abrazo-pensando
                                                               que eres tu.
                  A veces eses y no eres pero no me importa. 
                      Sin ti no hay magia en el aire.
                    Por eso por tu culpa, estoy como Mario.
                      Jodido y Radiante. 
                     Quizá más radiante que jodido
                     o quizás lo contrario.
                           
                      
                         
                       

Pandora y tu

Pandora y tu...

Segunda Carta


Son tantas las loas que se han escrito sobre Pandora, que me avergüenza presumir de contarte mi versión de la historia. No pretendo ponerme a la par de Hesíodo ni cantar como lo hizo Orfeo, solo quiero hablarte sobre de una niña de cabellos largos, tal cual como yo la entiendo.

Hubo un día en que los mortales y los dioses tomaron caminos distintos, el día en que dejamos de hacer sacrificios a los dioses, el día en que Prometeo, ladrón del fuego, otorgó aquellas pequeñas llamas rojas a los hombres, el día que obtuvimos conocimiento; el día primero. 

Y fue ese mismo día, cuando sobre el trono de oro en el cielo, Zeus encolerado, inició una guerra que aun ellos van ganando, a pesar de que Nietzsche nos aseguró que dios había muerto. Y el arma que el primer
dios del trueno usó sobre nosotros, no fue aquel rayo fulminante que derrotó a Tifon en la guerra del Olimpo, ni fueron los cien brazos, ni las plagas sobre naturales. Zeus, el dios benévolo, usó a una niña construida por Hefesto con arcilla del Hades, y madera de los Campos Elíseos. Afrodita le dio gracia a está figura y Atenea le dio conciencia y curiosidad, luego Zeus le dio vida. Ese fue el segundo día.

Vagó Pandora por los picos, por los bosques, y por las ciudades en ruinas antes de que estas se hicieran ruinas. Nadó en todos los mares y durmió sobre todas las tierras, y cuando se hubo agotado, se lanzó al mar azul frente a los risco, allí, un joven rey, la rescato, y su nombre aun resuena en nuestros oídos... Egeo. Ese fue el día tercero. 

Muchos días más pasaron, tantos que los mortales no podemos contarlos, pero como aún para aquellos hombres no existía la muerte, Pandora creció como la feliz hija del gran Rey Egeo. Y aunque el plan original de Zeus, era que Pandora trajera la destrucción por si sola a los hombres, tan feliz era la de los largos cabellos, que nunca sintió necesidad de causar mal en los hombres.

!Ay pobre Pandora que no entendía cual era su destino-tejido en el tapete de las brujas de un solo ojo!

Para causar la muerte de los hombres que se habían rebelado contra los dioses, Zeus ordenó a Epimeteo, el mejor constructor de todos, que hiciera una caja de madera, huesos y cadenas, en ella vertió todos los males y cuando estuvo hecha, se disfrazó de viajero, y le regaló la caja a Pandora.

Sin embargo, para que la caja funcionara, Pandora debía ser ella misma la que abriera la caja, no porque nadie se lo pidiera, sino porque ella misma quisiera. Zeus Sabiendo esto, y sabiendo del carácter infundido en Pandora por Antenea, le dijo algo que perseguiría a la de largos cabellos hasta el día que definitivamente abrió esa pequeña caja de madera, huesos y cadenas. 

-Por favor no abras la caja.

Y aunque Pandora no abrió la caja durante mucho tiempo, a cada segundo la curiosidad de saber que había dentro de ésta, la consumía. Su corazón apenas si latía por otra cosa que no fuera la curiosidad de saber que había dentro de ésta. No comía pues la más importante para ella era saber que había dentro de ésta. 

Una mañana, sin sol, sin nubes, sin aves, y sin lluvia, frente al mar que luego llevaría el nombre de su padre, Pandora decidió abrir la caja.

Un hurancan verde salio de la caja de el emanaba un espantoso olor que nadie jamás había olido, el olor de la muerte. El cielo se hizo tan oscuro que la noche parecía una mañana soleada, nadie pudo ver que estaba frente a si mismo, y por primera vez, los hombres sintieron miedo. Se cayeron y golpearon y por primera vez la sangre emanó de sus cuerpos, por primera vez los hombres sintieron dolor. 

Pandora asustada, trató de cerrar la caja desde el suelo, pero ésta era muy pesada para poder hacerlo fácilmente. Mas su terquedad era tal, que tras mucho intentar, la de los largos cabellos, con la boca llena de sangre, logró cerrar la caja a la que injustamente recordamos con su nombre.

Solo algo dejó Pandora en dentro de la caja. La esperanza. 

Mucho tiempo después  frente a Caronte, el arpista Orfeo habría de recordar el día en que su padre le contó esa historia. Con ella pagó el viaje a través del Estigia, pues fue el único que pudo explicarle al espectral barquero por que fue bueno que Pandora dejará la esperanza dentro de la caja

"De no haber dejado la esperanza en la caja
ésta se hubiera perdido.
Pandora, sin saberlo, nos hizo comprender
que cuando las cosas están mal
solo pueden mejorar.
Podemos perder todo
menos la esperanza,
pues de una forma u otra, 
tal vez de una forma que no nos guste...
las coas solo pueden mejorar"



A ti

A  ti, 

que vives en los

 confines de mi 

imaginación ...

Yo, Fex Kanaiima, Emperador del Orinoco, Señor de los ratones y arañas, Padre de los congorochos, Ultimo de los universales y de los pobres pendejos; declaro hoy, ante mi mismo y por mi mismo, mi incondicional amor hacia vos, la de los largos cabellos oscuros, y los ojos hechos de miel...

Primera Carta 

No sé por qué ha ocurrido esto
tampoco me entereza saberlo
la verdad, he recorrido 
tantas
                  camas
y he recibido tantas puñaladas,
que jamás pensé 
                                que
un milagro mágico como 
tu
ocurriría.    

Es difícil enamorarse de alguien que hace sonrojar a las rosas.
Es difícil enamorarse de alguien quien huele a lluvia.
Es difícil enamorarse de alguien con piel de algodón cálido
de boca como alameda inundada.

Es difícil amar a alguien a quien no puedes besar en cada esquina.
Es difícil amar a alguien que te rechaza cuando la abrazas.
Es difícil amar a alguien que no te ama.

Dichoso sea el hombre que sufre tentaciones 
eso le recuerda que aún está vivo
Dichoso sea el hombre que sufre dolor
porque eso le recuerda que aún es humano 
Tu 
                   pequeña
                                    de
                                                            ojos-iluminados
me has regalado una sensación
que creía olvidada y asesinada cruelmente en otros labios...
                                                                     estar vivo.

Yo que no comprendo sobre el destino 
que no se cuando inicie el largo viaje 
hacia las tierras de Kanaiima
Yo que en las noches te confundo en las sonrisas de las estrellas y los ojos de la luna.
Yo que me he perdido en tus labios, 
he pensado en perderme para siempre en el fondo de tu 
                                                    alma.